sábado, 2 de marzo de 2013

The Crow: El Ave Que No Muere.


Los cuervos son las únicas aves que tienen una pareja para toda la vida. Si esta fallece, nunca volverán a aparearse, y al poco de esto, mueren. Quizá en eso se basó James O´Barr para convertir al cuervo en uno de los elementos clave en su obra de mayor difusión: The Crow.
Algo con lo que se identifica una al conocer la historia de James es con su dolor. Nacido el 1 de enero de 1960, fue un huérfano criado en el sistema de hogares sustitutos de Detroit que se sobrepuso a su situación y estudió escultura del Renacimiento y fotografía para naturalezas muertas. En 1978 su novia es asesinada por un conductor ebrio y O´Barr se une a los Marines como ilustrador de manuales de combate, en Alemania. Es en Berlín, en 1981, que comienza a trabajar en su obra más conocido, la novela gráfica de The Crow, la cual le sirvió de desahogo en su tragedia personal. Siete años transcurrieron con el proyecto en la repisa hasta que Caliber Comics se interesa en la historia y decide publicarla, siendo un éxito en el mundo underground (es el comic independiente más vendido en todo el mundo, con más de un cuarto de millón de copias vendidas), pero lo que le daría fama a la historia como tal fue la película homónima de 1994 protagonizada por Brandon Lee.
La trama, según cuenta el mismo James, fue tomada de una noticia de Detroit en la que una pareja fue asesinada por el robo a su anillo de compromiso, y en la historia que él crea, Eric y Shelly son una pareja que vive en el Detroit de las drogas y el sexo y son asesinados por una banda de narcotraficantes cuando su auto se avería en una carretera. A él le dan dos plomazos en la cabeza y a ella la violan y la matan. Un año después, Eric vuelve de la muerte para hacer justicia por su propia mano, transformado de ser un joven dulce e inocente a un asesino despiadado pero amable con los inocentes. Después de concluido su trabajo, regresa a su tumba, circundante a la de Shelly, para por fin morir en paz.
La película, que tiene la historia básica como pilar, tiene sus variantes en el tratamiento del personaje principal y algunos secundarios: en la película, Eric (Brandon Lee) es un guitarrista de rock asesinado en su departamento junto a su novia; en el comic es un mecánico sencillo. Sara, la adolescente que es amiga de la pareja, en el comic es una niña pequeña que ve al Cuervo dos veces a lo sumo, pero que lo quiere con toda el alma por tratarla con amor y ternura. Albretch, el oficial que llevaba el caso de Eric en la película, es un joven policía que se topa con el Cuervo en la tienda de empeños y que deja que se vaya por el temor que le causa. Esta y otras variantes hacen que tanto la película como el comic se paladeen de diferente forma, pero no por ello dejan de transmitir el mensaje esencial: el amor verdadero es para siempre.
Yo vi primero la película, por una casualidad del destino. Aquella historia que consagraría la imagen del vengador pintado de negro encarnado en Brandon Lee me arrancó lágrimas, sonrisas, miradas… sueños. Sentí el dolor de Eric en mi piel, vi con sus ojos a los asesinos y juntos los liquidamos. No conozco persona alguna que siendo fan de la historia no sienta empatía y reconocimiento en la misma. No es difícil hacerlo ya que todos tenemos algún momento que desearíamos vengar en nombre del amor, no de la violencia en sí. Impacta, te mueve, te hace pensar, soñar. Lo vi pequeña, pero entendí el mensaje: el amor verdadero es para siempre.
Recientemente encontré una copia de los comics en uno de estos blogs, Mundos Secretos Y Mágicos, por Anthony Zavala. Tardé cerca de 5 años en localizarlo, y tal era mi deseo de leerlo que estaba llegando al punto en el que las restricciones de “no comprar nada por Internet” iban a ser cosa del pasado. Lo leí en una semana, quizá menos. Volví a sentir todas esas emociones de huracán que sentí la primera vez que vi la película, pero más fuerte,  más intenso, más desgarrador. Los trazos son agresivos, hechos a partir del dolor de un hombre que amaba a su mujer como Eric a Shelly, y hay páginas muy bellas hechas a la acuarela que bien merecen un reconocimiento. Fue la culminación de un deseo que comenzó una noche de desvelo, pero esto no termina.
Por todo lo que he aprendido de esta historia, por todo lo que he descubierto gracias a ella y por las herramientas que tengo a partir de ella, dedico esta entrada (la primera y espero no la última):
-A Anthony Zavala por subir el comic a la red, pues de lo contrario tal vez nunca lo hubiese leído. De corazón, como fan, muchas gracias.
-A Brandon Bruce Lee por interpretar el papel que lo llevaría a la muerte con una gran calidad actoral. Porque el también amaba a Eliza como Eric a Shelly.
-A James O´Barr por darle forma a su dolor y compartirlo con el resto del mundo. Por recordarnos que el amor siempre vencerá a la muerte.
-A La noche en la que la falta de sueño me hicieron conocerlo. Las cosas serían diferentes si no existiese esa noche.
-A ti que has llegado aquí a leer los pensamientos de otra persona que sueña.
Soñemos juntos.
N.L.S.

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