Los cuervos son las
únicas aves que tienen una pareja para toda la vida. Si esta fallece, nunca
volverán a aparearse, y al poco de esto, mueren. Quizá en eso se basó James
O´Barr para convertir al cuervo en uno de los elementos clave en su obra de mayor
difusión: The Crow.
Algo con lo que se
identifica una al conocer la historia de James es con su dolor. Nacido el 1 de
enero de 1960, fue un huérfano criado en el sistema de hogares sustitutos de
Detroit que se sobrepuso a su situación y estudió escultura del Renacimiento y
fotografía para naturalezas muertas. En 1978 su novia es asesinada por un
conductor ebrio y O´Barr se une a los Marines como ilustrador de manuales de
combate, en Alemania. Es en Berlín, en 1981, que comienza a trabajar en su obra
más conocido, la novela gráfica de The Crow, la cual le sirvió de desahogo en
su tragedia personal. Siete años transcurrieron con el proyecto en la repisa
hasta que Caliber Comics se interesa en la historia y decide publicarla, siendo
un éxito en el mundo underground (es el comic independiente más vendido en todo
el mundo, con más de un cuarto de millón de copias vendidas), pero lo que le
daría fama a la historia como tal fue la película homónima de 1994
protagonizada por Brandon Lee.
La trama, según cuenta el
mismo James, fue tomada de una noticia de Detroit en la que una pareja fue asesinada
por el robo a su anillo de compromiso, y en la historia que él crea, Eric y
Shelly son una pareja que vive en el Detroit de las drogas y el sexo y son
asesinados por una banda de narcotraficantes cuando su auto se avería en una
carretera. A él le dan dos plomazos en la cabeza y a ella la violan y la matan.
Un año después, Eric vuelve de la muerte para hacer justicia por su propia mano,
transformado de ser un joven dulce e inocente a un asesino despiadado pero
amable con los inocentes. Después de concluido su trabajo, regresa a su tumba,
circundante a la de Shelly, para por fin morir en paz.
La película, que tiene la
historia básica como pilar, tiene sus variantes en el tratamiento del personaje
principal y algunos secundarios: en la película, Eric (Brandon Lee) es un
guitarrista de rock asesinado en su departamento junto a su novia; en el comic
es un mecánico sencillo. Sara, la adolescente que es amiga de la pareja, en el
comic es una niña pequeña que ve al Cuervo dos veces a lo sumo, pero que lo
quiere con toda el alma por tratarla con amor y ternura. Albretch, el oficial
que llevaba el caso de Eric en la película, es un joven policía que se topa con
el Cuervo en la tienda de empeños y que deja que se vaya por el temor que le
causa. Esta y otras variantes hacen que tanto la película como el comic se
paladeen de diferente forma, pero no por ello dejan de transmitir el mensaje
esencial: el amor verdadero es para siempre.
Yo vi primero la
película, por una casualidad del destino. Aquella historia que consagraría la
imagen del vengador pintado de negro encarnado en Brandon Lee me arrancó
lágrimas, sonrisas, miradas… sueños. Sentí el dolor de Eric en mi piel, vi con
sus ojos a los asesinos y juntos los liquidamos. No conozco persona alguna que
siendo fan de la historia no sienta empatía y reconocimiento en la misma. No es
difícil hacerlo ya que todos tenemos algún momento que desearíamos vengar en
nombre del amor, no de la violencia en sí. Impacta, te mueve, te hace pensar,
soñar. Lo vi pequeña, pero entendí el mensaje: el amor verdadero es para
siempre.
Recientemente encontré
una copia de los comics en uno de estos blogs, Mundos Secretos Y Mágicos, por
Anthony Zavala. Tardé cerca de 5 años en localizarlo, y tal era mi deseo de
leerlo que estaba llegando al punto en el que las restricciones de “no comprar
nada por Internet” iban a ser cosa del pasado. Lo leí en una semana, quizá
menos. Volví a sentir todas esas emociones de huracán que sentí la primera vez
que vi la película, pero más fuerte, más
intenso, más desgarrador. Los trazos son agresivos, hechos a partir del dolor
de un hombre que amaba a su mujer como Eric a Shelly, y hay páginas muy bellas
hechas a la acuarela que bien merecen un reconocimiento. Fue la culminación de
un deseo que comenzó una noche de desvelo, pero esto no termina.
Por todo lo que he
aprendido de esta historia, por todo lo que he descubierto gracias a ella y por
las herramientas que tengo a partir de ella, dedico esta entrada (la primera y
espero no la última):
-A Anthony Zavala por
subir el comic a la red, pues de lo contrario tal vez nunca lo hubiese leído. De
corazón, como fan, muchas gracias.
-A Brandon Bruce Lee por
interpretar el papel que lo llevaría a la muerte con una gran calidad actoral. Porque
el también amaba a Eliza como Eric a Shelly.
-A James O´Barr por darle
forma a su dolor y compartirlo con el resto del mundo. Por recordarnos que el
amor siempre vencerá a la muerte.
-A La noche en la que la
falta de sueño me hicieron conocerlo. Las cosas serían diferentes si no
existiese esa noche.
-A ti que has llegado
aquí a leer los pensamientos de otra persona que sueña.
Soñemos juntos.
N.L.S.